El movimiento es una herramienta vital para el pre parto y el parto. Esto en realidad no es una moda o una nueva tendencia, sino que es, la escucha fisiológica a nuestro cuerpo.
Siempre que estoy acompañando un parto, les digo a las mamás, que nuestro cuerpo nos muestra todo lo que necesitamos. Si una posición hace doler o nos resulta incómoda, debemos cambiarla. Debemos tener la certeza de que nuestro cuerpo no quiere lastimarnos en el parto, sino guiarnos.
Durante muchos años hemos asociado el parto con una mujer recostada en una camilla de parto y muchos instrumentos a su alrededor, pero realmente no es la realidad de todos los partos.
Les cuento un poco de donde viene esa idea.
Durante toda la historia registrada de los partos, estos han sido en posturas verticales y con la posibilidad de libre movimiento; en bancos de parto, colgando de telas o sogas de arboles o sostenidas por otras mujeres.
Pero a mediados del siglo XVII, un Rey Francés llamado Luis XIV quería ver los partos de sus hijos y para poder verlo tenían que cambiar la perspectiva colocando a la mujer en una mesa o camilla. (Recordemos que históricamente, esta posición estaba sólo reservada para casos en los que existían complicaciones y los médicos necesitaban realizar algún tipo de cirugía).
Lamentablemente años después esta práctica sin justificación fisiológica fue adoptada por las facultades de medicina, hasta casi desterrar las posturas originales en las cuales siempre se tuvieron a los bebés.
Y así, quedó por muchos años dentro de las prácticas habituales de la atención del parto.
Afortunadamente la medicina siguió avanzando, y las investigaciones recientes vuelven a sugerir la verticalidad y el movimiento.
Es por eso que quiero contarles cuales son los beneficios de la verticalidad según la OMS:
-la ayuda de la gravedad, significa menos esfuerzo para la mamá y el bebé durante el parto.
-el tiempo de la segunda etapa del parto y expulsivo se reduce significativamente,
-se evidencia menor edema vulvar,
-se necesita menos instrumentalización,
-menor necesidad de episiotomía,
-menor riesgo de placenta retenida,
-menos desgarros,
-menor dolor,
-menor compresión de los vasos sanguíneos, y por ende entra mas oxígeno en el cuerpo al momento de la contracción.
-mejor percepción de la madre a su experiencia del parto,
-y una mejor adaptabilidad a la vida para el bebé.
La Organización Mundial de la Salud sugiere a las instituciones y el personal de salud se instruyan para poder acompañar a las mujeres a tener una mejor experiencia de parto, siendo así, nuestro país lo incluye dentro de la Ley Nacional de “Parto Respetado” N°25929.
Sin duda, hacer consciente el cuerpo, escucharlo y acompañarlo nos da el control y disfrute total de nuestro parto.
Años de errores y aciertos nos demuestra que nuestro cuerpo sabe lo que hace. No se pierdan la oportunidad de moverse al ritmo de las olas en cada contracción, permitanse pasar por intensidad y placer, dejarse llevar por las emociones en un día único e irrepetible.
Les dejo un video para que puedan comenzar a pensar en un parto en movimiento:
https://youtu.be/n43FJxTjBuQ
Commentaires