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Foto del escritorLali Zurzolo

Parto en agua



El “parto en agua” desde hace un tiempo se convirtió en una modalidad de parto muy atractiva, que promete garantizarnos confort y un buen manejo del dolor.

Y en mi experiencia como doula puedo decirles que el agua es un gran apoyo.

Pero ésta no es la clave de un parto exitoso, es solo una herramienta que ese día puede servirnos o no.

Hoy día algunas instituciones incluyen en sus salas de pre parto una pileta o bañera para que las familias puedan disponer de ella si lo necesitan. En el mercado además existen piletas inflables, para los que no cuentan con bañeras en casa para los partos domiciliarios.

Y como toda herramienta hay que saber usarla. La temperatura, la limpieza, el momento de sumergirse, cuando salir, todo implica un cuidado particular.

Me gusta pensar en el agua como opción y no como la única. En los pre partos es una gran opción, el calor del agua es un calmante, el hecho de estar flotando elimina la sensación de presión, entre tantas otras. Sin embargo, también puede bajar el ritmo del parto y si la temperatura no es la correcta puede ser contraproducente. Es por eso que no todo el trabajo de parto ocurre sumergidos. Hay etapas y en cuanto el progreso lo amerite podemos continuar o retirarnos del agua.

Días antes al parto es probable que podamos usarla también para estirar, calmar molestias musculares y relajarnos.

Cada vez que organizamos un pre parto o parto en agua, les sugiero a las familias siempre hacer uso antes de la misma para probar dinámicas de uso, espacios y ver situaciones que podemos preveer para el día del parto, a veces no es tan fácil entrar y salir de la pileta o llenarla y vaciarla o el espacio que habíamos destinado a la misma no nos resulta útil. Además realizamos una lista de necesidades para tener todo a mano cuando arranque el labor.

Pero lo más importante es no hacer eje del parto al agua, como decía anteriormente, quizá esta herramienta no sea lo que necesitamos. El parto es un momento tan particular, nunca estuve en dos partos iguales, y no solo porque cada familia es distinta, sino que cada cuerpo reacciona distinto cada vez.

Les propongo tener siempre a mano todo lo que sentimos que puede sernos de utilidad cerca, pero no aferrarnos a las mismas. Jugar, probar, sentir, todo esto es parte del parto también. Animarnos a dejarnos guiar por lo que el cuerpo nos va pidiendo.

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