A medida que se acerca el verano, el fin de año y las vacaciones, las familias notan que hay mayor demanda del bebé tanto de upa como de teta.
Pero que está pasando realmente? ¿Es el verano? ¿Es fin de año, o son las vacaciones?
Quiero contarles que hay un poco de todo eso.
Por un lado el fin de año, trae más intensidad que otros meses del año.La mayoría de las familias están cerrando ciclos laborales, colegio, actividades, etc. Los bebés son muy susceptibles a los cambios de rutina y al estrés de los integrantes de la familia. En fin de año, se acuestan en otros horarios, hay más salidas, la época de las fiestas, la casa se vuelve un poco caótica y por ende puede asustarlos y estresarlos. Es por eso, que van a pedirnos más de nuestra atención y más teta.
Y porqué más teta? La teta no sólo le otorga nutrición y seguridad, sino porque, al igual que los adultos, cuando nos estresamos tenemos sed. Y si además nos sentimos doloridos o con dificultad para dormir la teta cubre todas esas necesidades también.
En cuanto al verano, tenemos varios focos para el malestar de los niños. Por un lado el calor, la transpiración, la insolación, la deshidratación, los mosquitos, la incomodidad para ingerir ciertos alimentos, y el mal descanso. Todos estos factores hacen que el bebé quiera estar más con nosotros, que se sientan incómodos, y que estén más inquietos.
Y sobre las vacaciones y los viajes, tengo que contarles que no todos los bebés se adaptan muy bien.
Pensemos que, cuando nos embarcamos en unas vacaciones, estas implican, planificar, armar las valijas, viajar, llegar, estar, otra vez armar las valijas, y emprender el viaje de vuelta. Los adultos ya sabemos a qué nos exponemos, pero el niño no lo sabe.
Los sacamos de su rutina en casa, pasan a un auto o a un avión, a una modificación de sus horarios, olores y ruidos nuevos. Y algo no menor es que tienen que lidiar con la ansiedad o nerviosismo de los adultos.
Todo esto nos pone en un lugar de inseguridad y necesitamos más que nunca upa y la teta.
Pero todo esto significa que no me tengo que ir nunca de vacaciones? o que el verano siempre va a ser de más demanda?
No, a medida que vamos creciendo vamos aprendiendo a lidiar con la vorágine del fin de año, hacemos las paces con el calor, aprendemos a refrescarnos e hidratarnos, a alimentarnos distinto para sentirnos mejor, a buscar actividades que no nos sofoquen y con el tiempo los niños también.
En cuanto a los viajes, siempre les recomiendo hacerlos, si no implican para la familia estrés extra, porque seguramente al cambio que viva el bebé se le va a sumar el estrés familiar y este cóctel sí puede ser caótico. Y como todo, con el tiempo los niños se acostumbran a viajar, y lo disfrutan.
Les propongo simplemente ponernos en el lugar de ellos. No exijamos que el bebé esté tranquilo si nosotros estamos nerviosos, o que descanse mejor si le cambiamos los horarios o que se adapte a largos paseos si no están descansando bien o simplemente que extrañen su casa y su rutina.
La teta en este momento es un gran aliado aunque no lo parezca, la alta demanda es un pedido de rescate y un gran llamado de atención. Tratemos de hacer un balance de qué tipo de vacaciones tener cuando nuestros bebés son muy pequeños. Nosotros también tenemos que descansar, comer bien y estar listos para enfocar el año que se viene y si proyectamos algo que nos va agotar más de lo que nos va a permitir descansar no es negocio.
Esta etapa no es eterna, la época de bebé se pasa muy rápido!
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