En estos años de acompañar familias en la búsqueda de una experiencia satisfactoria en sus partos, fui trabajando el uso de la palabra y la conciencia del cuerpo. A comprender el impacto que tiene lo que decimos y lo que la mente cree y crea.
Las contracciones es uno de los elementos al que las mujeres temen, quieren saber cómo manejarlas, como hacer para transitar su parto de la manera más rápida y menos dolorosa posible. Un ejemplo simple sería, cuando decimos en una expresión, que algo "fue un parto", automáticamente lo asociamos a algo interminable y doloroso. Por tanto nuestro cerebro asocia a todos los elementos del parto con algo negativo.
Es por todo esto, que trabajar las contracciones debe empezar por la palabra. Me gusta dejar de llamarlas así para llamarle “Olas uterinas”. La idea es cambiar el "chip'' de algo negativo para asociarlo a algo placentero.
Para este nuevo paradigma, les propongo desglosar las contracciones en fases. Donde los 42 segundos aproximados de contracción de parto se dividen en 4.
Imaginemos juntos una ola del mar: fase 1 se comienza formar la ola, fase 2 cuando sube, fase 3 cuando impacta sobre la arena y fase 4 cuando se disuelve.
Cada una de estas fases nos llevan a sensaciones muy distintas. Y lo increíble es que nuestro cuerpo está preparado para cada una de ellas y además tiene un porqué.
Cada ola es distinta, nos cuenta algo diferente, y tenemos que aprender a surfiarlas. Nosotras ya somos cíclicas, nuestro cuerpo desde muy pequeñas nos acostumbra en cada periodo a comprender y manejar las olas uterinas.
Las invito a plantearse con placer inspirando esa ola que se forma, haciendo consciente esa subida, y rompiendo en la arena con placer para desarmarse en calma.
Visualicemos nuestra aventura única de parto como una experiencia positiva. Cambiemos el sentido a esa palabra, pensemos en las contracciones como bellas olas que guían nuestro cuerpo para conocer a nuestros bebés.
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